Museo de Las Amas de Cría Pasiegas
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Museo de las Amas de Cría Pasiegas: la historia de mujeres fuertes que amamantaron a la nobleza
En el corazón de Selaya, en los Valles Pasiegos, se encuentra un museo profundamente emotivo y sorprendente: el Museo de las Amas de Cría Pasiegas. Un espacio que no solo nos habla de historia, sino también de sacrificio, maternidad y dignidad.
Este museo rinde homenaje a aquellas jóvenes pasiegas que, obligadas por la necesidad, dejaron sus hogares para amamantar y criar a hijos ajenos, muchos de ellos pertenecientes a familias nobles… e incluso reales.
¿Sabías que durante generaciones, los infantes de la Familia Real Española fueron alimentados por amas pasiegas?
Fuerza, salud, templanza y ternura eran sus señas de identidad, y sus historias han quedado grabadas en la memoria colectiva de Cantabria y de España.
Un legado poco contado, pero que marcó la historia
A mediados del siglo XIX, la vida en los Valles Pasiegos no era fácil. La falta de recursos económicos empujó a muchas mujeres a tomar la decisión más difícil: dejar atrás a su familia para buscar una salida laboral muy específica… convertirse en amas de cría en Madrid.
Las pasiegas, por su fortaleza física y buena salud, eran buscadas por las familias más poderosas del país. Médicos de la Corte llegaban hasta Selaya para seleccionar cuidadosamente a estas mujeres, cuyo trabajo consistía en amamantar y criar a los hijos de otras, garantizando así su supervivencia y desarrollo en una época con altísima mortalidad infantil.
El museo recoge con sensibilidad este capítulo de la historia rural cántabra y le da voz a quienes, durante años, no la tuvieron.
Fotografías, trajes y testimonios que emocionan
El Museo de las Amas de Cría Pasiegas ofrece una experiencia conmovedora y reveladora. A través de una colección de fotografías antiguas —la mayoría con las amas junto a los niños que cuidaron—, el visitante se asoma a una realidad poco conocida.
Se exponen también los trajes característicos que vestían en la Villa y Corte, así como paneles explicativos sobre las estrictas condiciones que debían cumplir y el proceso de selección médica al que eran sometidas.
Cada imagen, cada texto, cada prenda… habla de sacrificio, de resiliencia, y también de orgullo.
Porque estas mujeres se convirtieron en referentes de profesionalidad y dedicación. Este museo es, sin duda, un acto de justicia histórica.