Ermita de Santa Ana en Castro Urdiales
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Esta ermita, que se alza sobre un islote rocoso en pleno corazón del puerto histórico, ofrece una de las imágenes más icónicas de la villa marinera y se ha convertido en uno de los lugares imprescindibles que ver en Castro Urdiales.
Su historia se remonta a siglos atrás y aunque ha sido restaurada en varias ocasiones, conserva ese aire humilde, marinero y espiritual que la caracteriza.
Desde el exterior de la ermita, se obtienen algunas de las mejores panorámicas del puerto, el paseo marítimo y la costa cantábrica, especialmente al atardecer, cuando el cielo se tiñe de colores cálidos y el entorno adquiere una atmósfera mágica.
La Ermita de Santa Ana está estrechamente ligada a la tradición marinera de Castro Urdiales, siendo un símbolo de protección para los pescadores que históricamente se encomendaban a Santa Ana antes de salir a faenar.
Su interior, aunque sencillo, transmite una gran serenidad, y su enclave sobre las rocas, rodeada por el sonido de las olas, la convierte en un lugar perfecto para detenerse, respirar y conectar con el espíritu del mar.
Muchos visitantes descubren este rincón paseando por el casco antiguo sin esperarlo, y quedan fascinados por su belleza y singularidad.
Es además un lugar muy fotografiado por su estampa única, con el puente de piedra que la une a tierra como telón de fondo.
Su visita es obligatoria para todo aquel que quiera conocer de verdad el alma de esta ciudad costera de Cantabria.