Camino Lebaniego

La accidentada orografía de los Picos de Europa y de la cordillera Cantábrica delimitan geográficamente el valle de Liébana y condicionan el acceso a Santo Toribio desde las comunidades vecinas de Asturias y Castilla y León.

Pese a ello, existen abundantes referencias históricas que avalan la existencia de cuatro vías principales de peregrinación al monasterio de Santo Toribio.

Señalizadas recientemente como PR (rutas de pequeño recorrido) dentro de la red de senderos de Liébana, estos caminos discurren por diferentes trazados según la zona de procedencia.

El Camino Lebaniego discurre entre San Vicente de la Barquera y el monasterio de Santo Toribio, atravesando los municipios de San Vicente de la Barquera, Val de San Vicente, Herrerías, Lamasón, Peñarrubia, Cillórigo, Potes y Camaleño.

Ofrece al peregrino un recorrido por parajes naturales de gran belleza jalonados de ejemplos capitales del patrimonio arquitectónico de Cantabria.

Permite igualmente unir los Caminos Norte (o de la Costa) y Francés del Camino de Santiago a partir de las rutas leonesa y palentina que recuerdan los lazos históricos de la diócesis de Liébana con los reinos de León y Castilla.

El Camino Lebaniego posee una credencial específica y un documento acreditativo de la peregrinación, llamado la Lebaniega.

Son muchos los peregrinos que dirigen sus pasos hacia Santo Toribio, enlazando después los dos caminos de Santiago con el fin de ganar ambos jubileos.

El Camino Lebaniego es una ruta de peregrinación única que recorre la región de Cantabria, en el norte de España, y conduce hasta el Monasterio de Santo Toribio de Liébana. Este monasterio alberga el Lignum Crucis, el mayor fragmento conocido de la cruz de Cristo. Es una de las pocas rutas del mundo con Año Jubilar propio, al igual que Roma, Jerusalén y Santiago.

El recorrido parte de San Vicente de la Barquera, en la costa cántabra, y se dirige hacia el interior montañoso, terminando en el Monasterio de Santo Toribio. Es común que quienes vienen haciendo el Camino del Norte se desvíen aquí para vivir esta experiencia espiritual diferente.

El Camino Lebaniego tiene aproximadamente 72 km. Aunque cada peregrino puede adaptarlo según su ritmo, lo habitual es dividirlo en 3 o 4 etapas:

San Vicente de la Barquera – Cades

Cades – Cabañes

Cabañes – Santo Toribio
También puedes añadir una noche intermedia para hacerlo más llevadero.

Es un camino de dificultad media. Aunque no es excesivamente largo, algunas etapas tienen subidas pronunciadas, sobre todo al entrar en la zona de Liébana. Con una condición física moderada y buena planificación, es accesible para la mayoría.

El Camino Lebaniego te sorprenderá con una mezcla de paisajes: acantilados marinos, valles verdes, bosques de robles y castaños, pequeños pueblos rurales y, finalmente, las majestuosas montañas de los Picos de Europa. Es una ruta ideal para amantes de la naturaleza, la tranquilidad y la historia.

Sí, aunque las mejores épocas son la primavera y el otoño, cuando el clima es más suave y los paisajes están especialmente bellos. En verano puede hacer calor en el interior, y en invierno algunas zonas de montaña pueden volverse difíciles por la nieve o el barro.

Sí, es posible hacer una ruta circular. Desde la cascada, puedes continuar hacia una pista forestal que te lleva de vuelta a San Pelayo por otro camino más amplio y sencillo, lo que hace el recorrido más variado y agradable.

Sí. La credencial lebaniega es similar a la del Camino de Santiago y permite obtener el certificado final. Puedes conseguirla en puntos de inicio, albergues, parroquias o centros de información. No olvides sellarla en cada etapa para acreditar tu recorrido.

Es el nombre coloquial con el que se conoce esta ruta. Hacer “La Lebaniega” es una forma popular de referirse al Camino Lebaniego entre peregrinos y cántabros.

El Año Jubilar se celebra cuando el 16 de abril, festividad de Santo Toribio, cae en domingo. Durante ese año se abren las Puertas del Perdón del monasterio y se ofrecen indulgencias a los peregrinos. El último fue en 2023, y el siguiente será en 2028.

Al completar el camino y llegar a Santo Toribio, puedes presentar tu credencial con los sellos de las etapas en la Oficina del Peregrino o en el mismo monasterio. Recibirás un diploma que acredita tu peregrinación.

Encontrarás albergues para peregrinos, casas rurales, hostales familiares y pequeños hoteles a lo largo del camino. Aunque no hay tanta oferta como en el Camino de Santiago, la calidad y hospitalidad son excelentes. Se recomienda reservar en temporada alta.

Sí, aunque hay tramos que requieren variantes por la dificultad del terreno. Hay rutas adaptadas para bicicleta (BTT) y algunos alojamientos que aceptan caballos. Lo mejor es planificar con mapas específicos si vas a hacer la ruta en otro medio.

Ropa cómoda y adecuada al clima

Calzado de montaña ya usado

Chubasquero o cortaviento

Cantimplora o botella de agua

Algo de comida energética

Bastón o palo si lo usas

Protector solar y gorra

Credencial del peregrino

Sí. Se utilizan señales específicas: una cruz roja sobre fondo blanco (símbolo lebaniego), junto con carteles de madera, postes informativos y marcas de pintura. Aun así, es útil llevar un mapa, guía o aplicación móvil para seguir el recorrido con seguridad.

Sí. En muchos pueblos hay servicios básicos, farmacias o bares donde pedir ayuda. Además, algunas empresas locales ofrecen transporte de mochilas o recogida en caso de cansancio o lesión. Siempre es bueno llevar un móvil con batería y cobertura.

Sí, adaptando las etapas y el ritmo. Es una ruta preciosa para compartir en familia o con amigos, especialmente si se busca una experiencia más íntima que el Camino de Santiago.

Sí. Desde Santo Toribio puedes continuar hacia el sur por la Ruta Vadiniense, que conecta con el Camino Francés en Palencia. También puedes hacer el Camino del Norte y desviarte a la altura de San Vicente de la Barquera.

Muchos peregrinos describen una sensación de emoción, paz y plenitud al cruzar la Puerta del Perdón del Monasterio. El entorno es impresionante y la historia del lugar lo convierte en uno de los destinos más especiales de cualquier peregrinación.