Camino del norte
Recorre el Camino del Norte por Cantabria, una ruta jacobea milenaria que bordea el mar Cantábrico entre paisajes espectaculares, historia viva y pueblos con encanto
Índice Camino del norte
Características Camino del Norte
💪🏽 Dificultad: Media
📍 Distancia: 213,95 km
⏰ Duración: 9 etapas
🔺 Actividad: Camino peregrino
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Etapas del Camino del Norte
Cada peregrino vive el Camino por la costa de Cantabria a su manera. Las etapas que te mostramos son una guía orientativa, pero tú decides el ritmo. Escucha a tu cuerpo, adapta las distancias y haz que tu camino sea verdaderamente tuyo.
Descripción de las etapas del camino del Norte por Cantabria
El Camino del Norte, también conocido como Camino de la Costa, es una de las rutas jacobeas más antiguas y con mayor riqueza paisajística de la Península Ibérica. Atraviesa Cantabria de este a oeste siguiendo el perfil del mar Cantábrico, combinando naturaleza salvaje, historia y espiritualidad en una experiencia única para el peregrino. Este itinerario milenario fue durante siglos una alternativa segura al Camino Francés, especialmente en épocas de conflictos o epidemias, y aún hoy conserva su esencia tranquila y auténtica.
A su paso por Cantabria, el Camino recorre algunas de las localidades más emblemáticas del litoral cántabro, incluyendo las históricas Cuatro Villas de la Costa: Castro Urdiales, con su impresionante iglesia gótica de Santa María; Laredo, famosa por su Puebla Vieja y su playa Salvé; Santander, la capital regional con su bahía considerada una de las más bellas del mundo; y San Vicente de la Barquera, puerta occidental del territorio y enclave con fuertes vínculos marineros y religiosos.
Además, el trazado no deja de sorprender al peregrino con el paso por otras joyas del patrimonio cántabro, como Santoña, conocida por sus tradiciones pesqueras y la conservación de sus marismas; Santillana del Mar, una villa medieval perfectamente conservada que alberga la Colegiata de Santa Juliana; y Comillas, donde el arte y la arquitectura modernista se entrelazan, destacando obras como El Capricho de Gaudí.
El Camino del Norte por Cantabria no solo ofrece un recorrido lleno de belleza natural entre acantilados, playas y verdes praderas, sino también un viaje por la historia viva del territorio, marcado por la hospitalidad, la cultura y la fe.
Etapa 1: El Haya de Ontón hasta Castro Urdiales
Una primera etapa con sabor costero que atraviesa acantilados y senderos naturales hasta llegar a Castro, joya monumental del litoral.
Etapa 2: Desde Castro Urdiales hasta Guriezo
Desde la monumental Castro Urdiales, el camino se adentra en valles verdes y tranquilos, cruzando pueblos con historia hasta llegar a Guriezo.
Etapa 3: Desde Guriezo hasta Laredo
Una etapa que combina paisajes rurales y tramos boscosos, culminando en la villa marinera de Laredo, con su histórica Puebla Vieja.
Etapa 4: Desde Laredo por Santoña hasta Güemes
Una de las etapas más singulares, con travesía en barca incluida y paso por el Parque Natural de las Marismas, hasta llegar al albergue de Güemes.
Etapa 5: Desde Güemes hasta Santander
Caminos rurales y vistas al Cantábrico, esta etapa te lleva a Santander, la elegante capital de Cantabria con una de las bahías más bellas del mundo.
Etapa 6: Desde Santander hasta Santillana del Mar
Una jornada que combina tramos urbanos y rurales hasta llegar a Santillana del Mar, una villa medieval considerada de las más bellas.
Etapa 7: Desde Santillana del Mar hasta Comillas
Una etapa corta pero llena de encanto, que une dos joyas históricas y arquitectónicas de Cantabria: la medieval y la modernista.
Etapa 8: Desde Comillas hasta San Vicente de la Barquera
Esta etapa te guía por verdes praderas hasta San Vicente de la Barquera, con su imponente puente y el telón de fondo de los Picos de Europa.
Etapa 9: Desde San Vicente de la Barquera hasta Unquera
La última etapa en tierras cántabras ofrece un recorrido tranquilo entre valles y caseríos, despidiéndose junto al río Deva.
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Información para el peregrino
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Historia del Camino del Norte de Cantabria
Su origen se remonta a los primeros siglos de la peregrinación a Santiago de Compostela, tras el descubrimiento del sepulcro del Apóstol en el siglo IX.
En aquellos tiempos, el norte de la Península Ibérica permanecía bajo control cristiano, mientras que otras zonas estaban dominadas por el poder islámico.
Esto convirtió al trazado costero en una vía segura y estable para los peregrinos que deseaban llegar a Santiago desde Francia, los Países Bajos o incluso desde los puertos del norte de Europa.
A lo largo de la Edad Media, el Camino del Norte adquirió gran relevancia como ruta espiritual y cultural.
En Cantabria, el trazado histórico fue consolidándose mediante la construcción de hospitales de peregrinos, ermitas, monasterios y albergues.
Las Cuatro Villas de la Costa —Castro Urdiales, Laredo, Santander y San Vicente de la Barquera— jugaron un papel clave no solo como núcleos comerciales y pesqueros, sino como puntos estratégicos de paso y descanso para los caminantes.
Este camino también fue transitado por reyes, nobles, soldados y religiosos, convirtiéndose en una ruta de intercambio cultural entre el norte de Europa y la Península.
Durante siglos, las rutas marítimas y terrestres se complementaron, permitiendo que los peregrinos llegaran por mar a los puertos cántabros para continuar a pie hacia Santiago.
Cantabria ofrecía además una ruta alternativa más segura en épocas de peste, guerras o saturación del Camino Francés.
Con la llegada de la Edad Moderna y el auge del Camino Francés como vía principal, el Camino del Norte fue perdiendo protagonismo, aunque nunca llegó a desaparecer.
Hoy, recorrer el Camino del Norte por Cantabria es caminar por la historia viva de Europa, siguiendo las huellas de miles de peregrinos que a lo largo de más de mil años cruzaron estas tierras buscando fe, conocimiento o transformación personal.