La Picota en Liencres
Este monte, de 240 metros de altitud, es uno de los lugares más emblemáticos de la zona para hacer senderismo, desconectar del mundo y contemplar la espectacularidad de la naturaleza en estado puro.
Subir a La Picota es una de las actividades más recomendables si visitas Liencres.
No requiere una gran preparación física y es accesible para la mayoría de personas, incluyendo familias con niños o amantes del senderismo ocasional.
El ascenso se realiza por una pista forestal que parte desde la carretera entre Liencres y Boo de Piélagos, o también desde las inmediaciones de la Playa de Canallave o de la Playa de Valdearenas, dentro del Parque Natural de las Dunas de Liencres.
Pero lo más impactante llega al alcanzar la cumbre: desde lo alto de La Picota se puede disfrutar de una vista panorámica única que abarca la ría del Pas, las dunas, los Picos de Europa en días despejados y, por supuesto, toda la extensión de la Costa Quebrada con sus formaciones rocosas, acantilados y playas salvajes.
Uno de los aspectos más interesantes de este monte es que fue una antigua zona militar.
En la cima aún se conservan restos de búnkeres y estructuras defensivas de la Guerra Civil Española, lo que añade un valor histórico al lugar. Explorar estas construcciones, hoy parcialmente cubiertas por la vegetación, forma parte de la experiencia de la subida.
La Picota también es un excelente punto para la observación de aves y la fotografía de paisajes.
Muchos visitantes suben al amanecer o al atardecer para capturar la luz dorada cayendo sobre el mar, las dunas y los acantilados. En días claros, el espectáculo es verdaderamente inolvidable.
Es importante ir preparado con calzado adecuado, algo de agua y, si es posible, una cámara de fotos.
No hay fuentes ni servicios en la cima, lo que preserva su carácter salvaje y natural.
La tranquilidad y el silencio que se respiran en lo alto de La Picota la convierten en un lugar ideal para una escapada corta, para reflexionar, respirar aire puro o simplemente contemplar el horizonte sin prisas.
Es un balcón natural sobre el Cantábrico, un lugar con historia, un punto estratégico para entender el relieve de la Costa Quebrada y una experiencia imprescindible para quienes buscan descubrir la esencia más auténtica de Cantabria.
Si estás de visita por la zona, no dejes pasar la oportunidad de subir a este mirador natural único.