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Cueva de Los Emboscados

Mapa Cueva de los Emboscados
En la empinada ladera norte del valle de Matienzo, en el municipio de Ruesga (Cantabria), se esconde una cavidad que guarda una de las escenas de arte paleolítico más delicadas y olvidadas del oriente cántabro: la cueva de Los Emboscados.

Aunque era ya conocida por espeleólogos desde hacía décadas, no fue hasta 1979 cuando el investigador Peter Smith identificó sus grabados paleolíticos.

Desde entonces, su nombre ha ido ganando protagonismo en los estudios especializados, aunque permanece prácticamente invisible para el gran público.

Entre su riqueza arqueológica se encuentran grabados figurativos de gran tamaño, líneas abstractas, manchas de pigmento rojo, cerámica prehistórica y restos humanos, todo ello conservado en un entorno de difícil acceso y aún más difícil reconocimiento patrimonial.

Interior Cueva de los Emboscados

Acceso

La cueva de Los Emboscados se encuentra en una zona abrupta y aislada, en la ladera sur del monte de Fuente Las Varas, al norte del valle de Matienzo.

El acceso a pie es complicado y requiere localizar una pequeña senda entre la vegetación que asciende desde el fondo del valle.

La entrada está parcialmente camuflada por un antiguo abrigo rocoso, donde aún pueden observarse restos de una posible construcción moderna.

Su localización y dificultad de entrada han favorecido su conservación natural, pero también han contribuido a su escasa proyección social y turística.

 

Contexto cronológico

Las manifestaciones rupestres de la cueva han sido atribuidas al Magdaleniense Superior, con una antigüedad estimada de unos 12.000 años.

Los restos materiales hallados en el vestíbulo —cerámica, restos humanos, conchas— permiten establecer una secuencia más amplia que abarca desde el Aziliense hasta la Edad del Bronce, lo que indica una utilización prolongada del espacio, aunque no necesariamente de forma continua.

 

Descripción de la cavidad

La cueva de Los Emboscados presenta una boca de acceso estrecha, precedida por un pequeño abrigo rocoso. Desde ahí, se accede a través de un pasaje angosto de unos 12 metros de longitud hasta una galería amplia, prácticamente rectilínea, con una leve bifurcación hacia la izquierda.

Esta galería principal es el corazón arqueológico de la cavidad, albergando en su tramo central el panel de grabados documentado por Peter Smith en 1979.

Su recorrido total no es extenso, pero su valor patrimonial reside en la calidad de las representaciones que contiene.

 

Yacimientos arqueológicos

En el vestíbulo se identificaron restos cerámicos atribuidos a la Prehistoria Reciente, así como una tibia humana, todos ellos descubiertos por miembros del C.A.E.A.P. en 1991.

Junto a estos hallazgos también se encontraron restos de conchas que fueron posteriormente interpretados como parte de un conchero de cronología aziliense.

Estas evidencias indican una clara ocupación de la cueva más allá del Paleolítico, en momentos en que su función pudo haberse extendido al uso doméstico o ritual.

 

Manifestaciones rupestres

Las figuras documentadas en el interior de la cueva se agrupan principalmente en un panel de unos 20 metros, localizado a unos 125 metros de la entrada.

Las representaciones más relevantes son dos figuras de ciervo y cierva, afrontadas entre sí, trazadas con líneas finas y estriadas, lo que denota un elevado nivel de destreza y naturalismo.

A su alrededor se distribuyen otras figuras animales, entre las que se encuentran cabras y cuadrúpedos indeterminados, también de gran tamaño.

Además de las representaciones figurativas, se han registrado líneas sueltas, trazos de carácter abstracto y manchas de pigmento rojo, elementos frecuentes en los conjuntos del estilo IV de Leroi-Gourhan, al que se adscriben estas manifestaciones.

Este estilo, asociado al Magdaleniense Superior, se caracteriza por la monumentalidad de sus animales y la utilización de superficies amplias como soporte.

Curiosamente, el propio Peter Smith, descubridor del conjunto, planteó en 2002 la posibilidad de que alguna de las figuras fuese falsa, una afirmación que sigue generando cierto debate en la comunidad investigadora.

 

Investigaciones y conservación

A pesar de haber sido explorada espeleológicamente desde tiempo atrás, la cueva no recibió atención arqueológica hasta su redescubrimiento formal en 1979.

Desde entonces, fue estudiada y publicada por reconocidos investigadores como Carlos González Sainz, Rodrigo Balbín y M.R. González. En 2001, nuevas publicaciones confirmaron la existencia del conchero aziliense y otros materiales del Bronce Final.

No obstante, el estado de conservación del yacimiento es frágil, y el acceso sigue estando restringido.

La cueva fue cerrada preventivamente debido a su vulnerabilidad y al riesgo de expolio, pero la falta de un plan de puesta en valor o conservación activo ha condenado el sitio a un preocupante olvido administrativo.

 

Importancia patrimonial

La cueva de Los Emboscados es un ejemplo claro del potencial científico y cultural de muchas cavidades cántabras que, lejos del foco turístico, contienen expresiones artísticas y materiales de gran valor para entender las sociedades paleolíticas y sus transformaciones a lo largo de los milenios.

Su panel de grabados, especialmente las figuras de ciervo y cierva afrontadas, es una rareza dentro del arte rupestre cantábrico y debería considerarse como un referente dentro de su estilo.

Más allá del hallazgo arqueológico, esta cueva también simboliza las contradicciones de la gestión patrimonial en Cantabria: grandes expectativas al momento de su descubrimiento, seguidas por años de abandono institucional.

PREGUNTAS SOBRE la Cueva de Los Emboscados

¿Dónde se encuentra la cueva de Los Emboscados?

Está situada en una empinada ladera del monte Fuente Las Varas, al norte del valle de Matienzo (Ruesga, Cantabria).

¿Qué tipo de arte contiene?

Grabados figurativos de animales (ciervos, cabras, cuadrúpedos), líneas abstractas y manchas rojas, adscritos al estilo IV de Leroi-Gourhan.

¿A qué época pertenecen las figuras?

Principalmente al Magdaleniense Superior, hace unos 12.000 años.

¿Qué otros hallazgos se han hecho?

Cerámica de la Edad del Bronce, restos humanos y un conchero aziliense.

¿Quiénes la estudiaron?

Fue documentada por Peter Smith en 1979 y estudiada por González Sainz, Balbín y M.R. González.

¿Es accesible para el público?

No. El acceso está restringido y su localización es difícil, por lo que actualmente no es visitable.

FOTOS DE la Cueva de Los Emboscados

UBICACIÓN DE la Cueva de Los Emboscados

CERCA DE la Cueva de Los Emboscados