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Cueva de Sovilla

Marcas Cueva de Sovilla
En pleno corazón del municipio de San Felices de Buelna, y muy cerca de la emblemática cueva de Hornos de la Peña, se encuentra uno de los ejemplos más tristes de pérdida patrimonial prehistórica en Cantabria: la cueva de Sovilla.

Esta cavidad, cortada parcialmente por la actividad extractiva de una cantera en los años 50, conserva aún en su interior una serie de grabados paleolíticos que, pese a su deterioro, permiten vislumbrar la importancia que tuvo en el pasado.

Las investigaciones realizadas a finales del siglo XX revelaron que Sovilla contenía manifestaciones artísticas propias del Magdaleniense Superior-Final, así como vestigios del Epipaleolítico.

Hoy es un símbolo de resistencia frente al olvido y el vandalismo.

Interior Cueva de Sovilla

Acceso

La cavidad se ubica a escasa distancia de la carretera que conecta el barrio de Sovilla con la localidad de Caldas de Besaya.

Se encuentra cerca de una cantera de áridos, lo que marcó su destino desde mediados del siglo pasado, ya que una voladura realizada en 1952 destruyó parte de su estructura original.

El acceso actual es sencillo, aunque el espacio visible y practicable es reducido.

 

Contexto cronológico

Las manifestaciones artísticas conservadas en Sovilla han sido datadas en el Magdaleniense Superior-Final, en torno a 12.000 años antes del presente, pertenecientes al estilo IV de Leroi-Gourhan.

Además, las evidencias materiales y algunas representaciones apuntan a una posible continuidad de ocupación hasta el Epipaleolítico, si bien con menor intensidad.

 

Descripción de la cavidad

La cueva original, antes de la voladura, disponía de mayor desarrollo, aunque hoy solo se conserva una pequeña galería de entrada de unos 3,30 metros de ancho y apenas 70 centímetros de altura que desciende hacia una sala final.

Esta sala, de forma ovalada, mide aproximadamente 9 metros de ancho por 5,5 de altura y constituye el espacio donde se concentran tanto los restos arqueológicos como los paneles de arte rupestre.

 

Yacimiento arqueológico

Aunque el yacimiento fue profundamente dañado por la cantera y por actos vandálicos posteriores, se han recuperado restos materiales asignables al Magdaleniense.

Entre ellos destacan buriles, raspadores y láminas de sílex, así como fragmentos de azagayas y cantos rodados con marcas de uso.

A estos objetos se suman algunos restos pertenecientes al Epipaleolítico, evidencias que, aunque escasas, muestran una ocupación prolongada del espacio, quizás intermitente pero recurrente.

 

Manifestaciones rupestres

El arte parietal de Sovilla, aunque parcialmente destruido, aún conserva un conjunto notable de grabados incisos. Se han documentado ocho representaciones animalísticas junto con numerosos trazos no figurativos.

Entre los animales figuran un reno, un bisonte con el cuerpo rellenado de líneas, dos caballos, tres ciervas y un cuadrúpedo indeterminado.

El conjunto se estructura en varios paneles, de los cuales destaca el panel central, donde se observa una composición con dos ciervas, un caballo y un bisonte acéfalo, afectado este último por inscripciones modernas que han dañado su lectura.

Estos grabados, realizados con gran destreza técnica, muestran rellenos interiores, estriados finos y formas bien perfiladas, características que permiten su adscripción al estilo IV reciente, y más concretamente al Magdaleniense Superior-Final.

Desgraciadamente, su estado actual es el resultado de la combinación de la destrucción industrial y la acción humana irresponsable, que ha rayado paneles e introducido inscripciones modernas como nombres personales.

 

Estado de conservación e investigaciones

Las primeras observaciones de la cavidad se remontan a principios del siglo XX por L. Sierra, aunque fue el Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (C.A.E.A.P.) quien, a finales de los años 80, identificó las primeras representaciones.

Posteriormente, en 1991, un equipo conjunto de la Universidad de Cantabria y del C.A.E.A.P. realizó una investigación sistemática, documentando el arte rupestre y recuperando parte del registro lítico en superficie.

Sin embargo, el estado de conservación actual es crítico, y gran parte del arte se encuentra afectado por grafitis y actos vandálicos recientes.

 

Importancia patrimonial

La cueva de Sovilla representa un testimonio herido de la prehistoria en Cantabria. Pese a su tamaño modesto y su estado de conservación, ofrece una ventana valiosa al arte paleolítico tardío y a la ocupación humana en la cuenca del Besaya.

Su proximidad a la cueva de Hornos de la Peña y a otros yacimientos de primer orden debería convertirla en objeto de protección y recuperación, tanto desde la perspectiva científica como educativa.

Hoy, sin embargo, permanece olvidada por la administración y desconocida para el gran público, siendo un claro ejemplo de cómo el patrimonio puede desaparecer sin intervención activa.

PREGUNTAS SOBRE la Cueva de Sovilla

¿Dónde se encuentra la cueva de Sovilla?

En el barrio de Sovilla, San Felices de Buelna, cerca de la carretera a Caldas de Besaya y próxima a una cantera de áridos.

¿Qué tipo de arte contiene?

Grabados paleolíticos de animales como ciervas, caballos, un reno y un bisonte, junto con trazos lineales no figurativos.

¿A qué época pertenecen las manifestaciones rupestres?

Al Magdaleniense Superior-Final, con una antigüedad aproximada de 12.000 años.

¿Qué materiales arqueológicos se han encontrado?

Industria lítica magdaleniense (sílex, buriles, azagayas) y posibles restos epipaleolíticos.

¿Cuál es su estado actual?

Muy deteriorado por actividades de cantera y vandalismo. La mayor parte de los paneles han sido rayados o alterados.

¿Por qué es importante?

Porque, a pesar del daño sufrido, conserva grabados que son referencia del final del Paleolítico en Cantabria, y constituye un caso claro de pérdida patrimonial evitable.

FOTOS DE la Cueva de Sovilla

UBICACIÓN DE la Cueva de Sovilla

CERCA DE la Cueva de Sovilla