Faro de Ajo
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Faro de Ajo: Color, costa y carácter en el punto más septentrional de Cantabria
El Faro de Ajo se alza sobre los acantilados del Cabo de Ajo, en el municipio de Bareyo. Es el faro más al norte de Cantabria y uno de los más llamativos de la región, no solo por su entorno salvaje, sino también por el cambio radical que vivió en 2020.
Cuando fue intervenido artísticamente por el pintor cántabro Okuda San Miguel. Su nueva imagen, cubierta por un diseño multicolor de figuras geométricas, lo ha convertido en un icono visual y en uno de los faros más fotografiados del norte peninsular.
La torre original fue construida en 1930, aunque el faro actual, automatizado y más moderno, se inauguró en 1980.
Tiene una altura de 16 metros y una visibilidad de unas 20 millas náuticas. Está gestionado por la Autoridad Portuaria de Santander y sigue activo como ayuda a la navegación, aunque su valor va mucho más allá de lo funcional.
El entorno del faro es uno de sus mayores atractivos. El Cabo de Ajo ofrece una panorámica espectacular del mar Cantábrico, con vistas hacia la costa oriental de Cantabria y, en días despejados, hasta la playa de Langre y la Punta del Fraile.
Los acantilados que lo rodean están modelados por la fuerza del viento y el oleaje, y son hábitat de aves marinas como cormoranes, gaviotas y halcones peregrinos.
Accesos y visita
El acceso al faro es sencillo y está bien señalizado desde el centro de Ajo. Se puede llegar en coche hasta un aparcamiento situado a unos 500 metros del faro, y desde allí continuar a pie por una pista de tierra apta para todos los públicos.
El paseo es corto y agradable, entre prados abiertos y con el mar como telón de fondo.
El faro no se puede visitar por dentro, ya que permanece cerrado al público, pero su exterior es plenamente accesible.
El entorno es ideal para caminar, sentarse a contemplar el mar o disfrutar de una puesta de sol. También es una parada habitual en rutas senderistas por la costa de Bareyo, que conectan con la playa de Cuberris y otras calas cercanas.
Recomendaciones para el visitante
- Llevar calzado cómodo, ya que aunque el camino es fácil, puede estar algo irregular en época de lluvias.
- Respetar la señalización y no acercarse demasiado al borde de los acantilados.
- Aprovechar la luz de la tarde para fotografiar el faro con su máximo esplendor cromático.
- Consultar las condiciones meteorológicas, ya que el viento en esta zona puede ser fuerte.
El Faro de Ajo es un lugar perfecto para combinar naturaleza, arte y mar en una misma experiencia.
Tanto si se busca una parada breve como si se quiere disfrutar de una ruta costera completa, este rincón reúne todas las cualidades para convertirse en uno de los recuerdos más vivos del viaje por Cantabria.