Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción en Torrelavega
Índice Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción en Torrelavega
Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción: verticalidad, memoria y luz neogótica
Un templo que alza su alma sobre la historia de Torrelavega. En pleno centro de Torrelavega, la silueta inconfundible de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción se recorta sobre el cielo con elegancia neogótica.
Conocida cariñosamente como la Iglesia Vieja, es uno de los emblemas arquitectónicos de la ciudad y la muestra más destacada de este estilo en toda Cantabria.
Su construcción, iniciada a finales del siglo XIX bajo el diseño del arquitecto José María Basterra, culminó con su apertura al culto en 1901.
Con una superficie de 1700 metros cuadrados, la imponente estructura se organiza en planta basilical de tres naves, y se eleva hasta alcanzar los 19 metros en el cuerpo del templo y 50 metros en su torre, un hito vertical que domina el perfil urbano y que recuerda la ambición espiritual de su época.
Un lenguaje visual donde cada elemento es símbolo
El exterior combina sobriedad y expresividad. Un gran rosetón preside la fachada, acompañado por vidrieras que tamizan la luz con matices suaves y un reloj que marca, más allá del tiempo, el ritmo pausado de la comunidad.
Todo en ella parece diseñado para elevar la mirada, tanto física como simbólicamente.
En el interior, la atmósfera se vuelve más recogida. Entre arcos apuntados y nervaduras neogóticas, destaca el órgano románico, cuya presencia sonora aún da vida a las celebraciones.
Sin embargo, la obra más señalada es la imagen del Cristo de la Agonía, una talla de madera policromada que transmite, con sobrecogedora humanidad, el momento más intenso del sacrificio. Esta pieza, junto a los juegos de luz de las vidrieras, dota al templo de una espiritualidad profundamente visual.
Sepulcros que custodian la memoria de un linaje
El templo no solo es espacio de oración: también es archivo pétreo de la historia local. En su interior reposan dos figuras clave en la fundación y desarrollo de Torrelavega: Gonzalo Ruiz de la Vega, considerado fundador de la villa, y Doña Leonor de la Vega, madre del Marqués de Santillana y señora del lugar en los albores del siglo XV.
Sus sepulturas, integradas en el espacio sagrado, conectan al visitante con un pasado noble y literario. Aquí, la memoria se esculpe junto al culto, y la historia familiar se convierte en relato compartido de toda una comunidad.
Neogótico cántabro con vocación de permanencia
La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción no es solo una construcción religiosa: es un símbolo de identidad para Torrelavega.
Su estilo neogótico no pretende copiar el pasado, sino rendirle homenaje, reinterpretando con piedra, luz y altura los ideales de trascendencia que marcaron el fin del siglo XIX.
Su torre es faro urbano y su interior, refugio espiritual. Y aunque el tiempo haya pasado desde su inauguración, sigue siendo un lugar donde lo humano y lo divino se encuentran con la misma intensidad con la que fue soñada y construida.