Biblioteca de Menéndez Pelayo
Biblioteca de Menéndez Pelayo: el alma bibliográfica de Santander
En pleno centro de Santander, al final de la tranquila calle Rubio, se alza un templo del saber que es mucho más que una biblioteca: es un legado de amor por la cultura.
La Biblioteca de Menéndez Pelayo es uno de los espacios más singulares y valiosos del patrimonio intelectual de España. Fundada por el padre del célebre filólogo, filósofo e historiador Marcelino Menéndez Pelayo, esta biblioteca guarda no solo libros, sino el espíritu humanista de toda una época.
Desde 1884, su elegante edificio de estilo historicista montañés con influencias herrerianas ha sido punto de referencia para investigadores, estudiosos y amantes del libro.
Su reforma, dirigida en 1915 por el prestigioso arquitecto Leonardo Rucabado, respetó cuidadosamente la distribución original, incluyendo la doble galería de la sala de lectura y los ventanales que inundan de luz las estanterías. Un lugar donde la erudición y la belleza se dan la mano.
Un jardín de mármol y conocimiento
Al llegar, lo primero que te recibe es la estatua sedente de Menéndez Pelayo, esculpida en mármol blanco de Carrara por Mariano Benlliure.
Situada en un apacible jardín cerrado por una rejería de hierro fundido, la figura transmite serenidad, profundidad y respeto por el conocimiento. Un lugar perfecto para detenerse unos minutos antes de entrar… y dejarse envolver por la historia.
La biblioteca está situada en el barrio de La Florida, núcleo intelectual de la ciudad. A partir de 1915, con la restauración del edificio, comenzó a concebirse el entorno actual, donde se agrupan otras instituciones culturales, formando un conjunto patrimonial único en Cantabria.
Una colección cerrada, pero infinita
La Biblioteca de Menéndez Pelayo conserva exactamente 41.500 títulos, conforme a las instrucciones que el propio Menéndez Pelayo dejó por escrito en su testamento en 1912.
De hecho, su última voluntad fue que la colección no se aumentase ni se modificase, preservando así su valor como fondo documental cerrado.
El resultado es una biblioteca que es, en sí misma, una fotografía intelectual del siglo XIX y principios del XX. Entre sus tesoros destacan manuscritos desde el siglo XIV, incunables, ediciones raras de los siglos XVI al XIX, y algunos ejemplares únicos del XX.
Una auténtica mina de oro para historiadores, filólogos y bibliófilos, que pueden consultar sus fondos en un entorno donde el tiempo parece haberse detenido.
Visitar la Biblioteca de Menéndez Pelayo es visitar una parte de ti
Este lugar no es solo una biblioteca: es un acto de generosidad, un testamento cultural y un refugio para el pensamiento.
Pasear entre sus estantes, leer bajo su luz natural o simplemente contemplar su arquitectura es una forma de rendir homenaje a uno de los grandes intelectuales de nuestra historia.
Porque como él mismo decía, “cuando el saber no se ama, se convierte en un frío catálogo de datos”.Si estás en Santander, no te pierdas la oportunidad de descubrir este rincón lleno de silencio, papel, tinta y legado.