Museo Etnográfico de Cantabria
Museo Etnográfico de Cantabria: un viaje a las raíces vivas de la región
A escasos 7 kilómetros de Santander, en Muriedas, capital del municipio de Camargo, se encuentra uno de los espacios culturales más entrañables y reveladores de toda la comunidad: el Museo Etnográfico de Cantabria.
Este museo no solo recoge objetos; recoge modos de vida, creencias, fiestas, oficios, costumbres… en definitiva, todo aquello que forma el alma de un pueblo.
Ubicado en una casona montañesa típica, este museo es una invitación a mirar hacia atrás con cariño y a redescubrir las formas de vivir de nuestros antepasados. Porque si algo tiene Cantabria es memoria… y este es uno de sus templos.
Camargo: un cruce de historia, tradición y paisaje
El Museo Etnográfico de Cantabria se inserta dentro de un territorio rico en historia y diversidad natural: el municipio de Camargo, formado por ocho localidades y con una presencia humana que se remonta a la Prehistoria.
No en vano, aquí se encuentran joyas arqueológicas como la Cueva del Pendo en Escobedo —declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO—, con vestigios de hace más de 80.000 años, o las termas romanas y necrópolis medievales de Maliaño.
Pero Camargo no solo conserva piedra y fósil: conserva alma. Sus fiestas tradicionales, como la del Carmen en Revilla o la matanza popular en Muriedas durante San Vicente, mantienen vivas las costumbres de siempre.
Incluso el 2 de mayo se celebra el recuerdo de uno de sus hijos ilustres, Pedro Velarde, héroe de la Guerra de la Independencia.
Todo este contexto se refleja en las colecciones del museo, que nos hablan del día a día de quienes habitaron y habitan esta tierra desde la sencillez, el esfuerzo y la alegría compartida.
El museo: vida cotidiana convertida en patrimonio
El Museo Etnográfico de Cantabria se presenta como un hogar expandido del pasado rural de la región. En sus salas encontramos herramientas agrícolas, aperos ganaderos, objetos domésticos, vestimentas tradicionales, instrumentos musicales y mucho más, todo ello organizado con un criterio didáctico y emocional.
Cada pieza está acompañada de paneles y explicaciones que ayudan al visitante a entender no solo qué es lo que está viendo, sino para qué se usaba, en qué contexto y con qué significado social.
Se trata de rescatar la cotidianidad, de honrar lo sencillo, de valorar lo que, en su momento, fue imprescindible.
Además, el museo realiza actividades culturales y educativas a lo largo del año, con especial atención al público infantil y escolar. Porque entender nuestro pasado es clave para cuidar nuestro presente.
Una visita imprescindible para conocer el alma de Cantabria
Más que un museo, este es un punto de encuentro entre generaciones. Un espacio para revivir, reflexionar y compartir. El Museo Etnográfico de Cantabria te espera con sus puertas abiertas y el corazón lleno de historias.