El Ayuntamiento de Piélagos ha finalizado la ampliación del vial existente en el Barrio El Pozo en la localidad de Boo, donde, además, ha cambiado la tajea del puente sobre el arroyo del Cuco y ha recuperado el lavadero y el bebedero que resultaron dañados por unas obras ejecutadas la pasada legislatura sin que, posteriormente, fueran restaurados.
El alcalde del municipio, Carlos Caramés, y el concejal de Obras Públicas y Movilidad y alcalde pedáneo de la localidad, César Blanco, acompañado por algunos vecinos de la zona, ha comprobado el resultado de los trabajos que el Consistorio ha ejecutado con cargo a una inversión de 80.000 euros.
“Seguimos cosiendo nuestro municipio, a lo largo y ancho de nuestros 12 pueblos, con esas pequeñas actuaciones que, además de mejorar las dotaciones e infraestructuras existentes, hacen posible que vecinos y visitantes disfruten de entornos maravillosos como éste, próximo a la desembocadura del río Pas, y puedan hacerlo con seguridad, ya que hasta ahora resultaba peligroso transitar por la zona debido a la estrechez de la calzada cuando se cruzaban con vehículos”, ha subrayado.
Tres actuaciones y un denominador común
Hemos mejorado la sección de la vía en este tramo que discurre desde la zona del lavadero y el bebedero, junto a la carretera CA-231, que une las localidades de Liencres y Boo, hasta las viviendas existentes en las inmediaciones del Albergue municipal, ha explicado el regidor municipal.
En la misma línea, ha subrayado que, para solucionar los problemas de inundabilidad de la zona se ha ampliado el puente sobre el arroyo del Cuco, ensanchando el vano hasta los 6 metros y la anchura de la vía entorno a 5 metros.
De esta forma, ha dicho, se pondrá fin a los problemas de inundabilidad que sufrían algunas viviendas del entorno debido a los atascos que se producían en jornadas de fuertes lluvias.
Caramés ha apuntado que también se ha procedido a la recogida de las aguas pluviales en todo el entorno y, como colofón, se ha recuperado el lavadero y el bebedero al que, antiguamente, acudían los vecinos tanto con su ganado como con sus prendas.
“Era una reivindicación que nos hacían muchos vecinos, sobre todo los más antiguos de la zona porque recordaban con morriña las labores que venían a hacer aquí y los grandes momentos que habían compartido juntos, por lo que demandaban la recuperación del lavadero y el bebedero que resultaron dañados la pasada legislatura durante unas obras de saneamiento”, ha relatado.

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