Cantabria ha vivido una jornada marcada por la intervención de los servicios de emergencia en dos incidentes que han generado alarma entre conductores y vecinos.
En la Autovía del Cantábrico (A-8), a la altura de Hazas de Cesto, una mujer resultó herida leve tras la colisión de dos turismos y un camión en el kilómetro 184. El siniestro, ocurrido el lunes, obligó a desplegar un amplio dispositivo en el que participaron Bomberos de Cantabria, sanitarios del 061, agentes de la Guardia Civil de Tráfico y personal de Carreteras. La rápida actuación permitió asistir a la víctima y restablecer la circulación en la zona, aunque el accidente volvió a poner sobre la mesa la peligrosidad de este tramo de la autovía.
Casi al mismo tiempo, en Potes, un fuerte olor a quemado en un cuarto de contadores eléctricos obligó a activar otro dispositivo de emergencias. El Centro de Atención a Emergencias 112 movilizó a bomberos, Guardia Civil, Policía Local y a la empresa distribuidora de luz. Los efectivos revisaron la instalación y bajaron el automático afectado, evitando así que el incidente derivara en un incendio con consecuencias mayores.
Ambos sucesos reflejan la importancia de la coordinación de los servicios de emergencia en Cantabria, cuya intervención resultó clave para contener los riesgos y garantizar la seguridad ciudadana.
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