Iglesia de San Andrés de Rasines
Iglesia de San Andrés de Rasines: un templo barroco con historia accidentada y arte oculto entre sus muros
Una iglesia de grandes proporciones que domina el paisaje del valle de Rasines
La Iglesia de San Andrés es el principal templo de la localidad de Rasines, situada en un entorno rural del oriente cántabro. Su gran volumen y diseño hacen que destaque en el paisaje, con una estructura robusta y sobria que impone incluso desde cierta distancia.
Aunque su aspecto actual es fruto de diversas modificaciones, el proyecto original partió de un mandato testamentario vinculado al célebre arquitecto Rodrigo Gil de Hontañón.
El diseño inicial contemplaba una planta de salón con tres naves y columnas, siguiendo el estilo columnario. Sin embargo, con el paso del tiempo y por diversas razones, el proyecto fue simplificado.
Rodrigo de Rasines y Pedro de la Torre Bueras adaptaron el diseño a una disposición más reducida, que ha llegado —con reformas y daños— hasta nuestros días.
Elementos arquitectónicos y decorativos que combinan sobriedad exterior y riqueza interior
La iglesia tiene una planta compuesta por una nave principal muy amplia, dividida en tres tramos, y rematada por un crucero, un ábside rectangular y una torre también rectangular.
La nave está cubierta con bóvedas de crucería con terceletes, una solución arquitectónica que aporta solidez y belleza al conjunto.
La entrada principal se encuentra en el muro sur. Fue diseñada por Andrés Antonio Bolde en 1756 y es de una gran sencillez formal. El acceso se realiza a través de un pórtico compuesto por cuatro arcos rebajados sostenidos por pilastras, que confieren cierta elegancia al conjunto sin excesos ornamentales.
En el interior destacan varios retablos. El Retablo Mayor, realizado en 1700 por Jerónimo de Angulo y Domingo de Rivero, es de estilo barroco, con una ejecución sólida y equilibrada.
Estos mismos artistas fueron también responsables del retablo de la nave del Evangelio, más elaborado, de estilo churrigueresco. Tras este último se conservan aún pinturas murales que añaden un valor adicional al conjunto, aunque muchas veces pasan desapercibidas.
Una iglesia marcada por la tragedia estructural y en proceso de recuperación
En años recientes, la Iglesia de San Andrés de Rasines ha sufrido daños importantes. La torre y parte de la nave se desplomaron, causando graves pérdidas materiales, entre ellas un órgano romántico del siglo XIX que fue completamente destruido.
Desde entonces, se han puesto en marcha proyectos de restauración para recuperar y consolidar el templo, con el objetivo de devolverle su uso litúrgico y su valor patrimonial.
Este suceso no solo supuso un revés para la comunidad local, sino también una llamada de atención sobre la necesidad de cuidar y mantener el patrimonio rural cántabro.
La restauración avanza con paso firme, y aunque todavía hay zonas cerradas al público, el templo sigue siendo visitable en gran parte.
Una visita que combina espiritualidad, patrimonio artístico y sentido de comunidad
La Iglesia de San Andrés no es solo un edificio con historia: es también un símbolo para Rasines. A pesar de los daños sufridos, su comunidad la mantiene viva, y las visitas —tanto de vecinos como de viajeros interesados en el arte y la historia— se siguen produciendo con respeto y admiración.
Aunque su exterior puede parecer austero, el interior ofrece una experiencia rica y sorprendente, con obras barrocas, pinturas murales y una arquitectura sólida que ha resistido el paso del tiempo y las adversidades.
Es un buen ejemplo de cómo el patrimonio no siempre brilla a primera vista, pero tiene mucho que contar a quienes se acercan con atención.