Monasterio de Monte Corbán
Monasterio de Monte Corbán: arte monástico entre bóvedas góticas y claustros renacentistas
Un espacio de recogimiento jerónimo que funde siglos de espiritualidad y arquitectura. A las afueras de Santander, junto a la carretera que conecta con Soto de la Marina, se encuentra el Monasterio de Monte Corbán, un conjunto monástico que reúne lo mejor del gótico tardío, el renacimiento y el clasicismo académico.
Fundado por la orden de los Jerónimos y actualmente sede del Seminario Diocesano, este recinto cercado por tapia guarda una riqueza arquitectónica discreta pero profundamente significativa.
Lo más destacado del conjunto son la iglesia, los dos claustros, la escalera interior y la fachada.
La iglesia, dedicada a Santa Catalina, permanece parcialmente oculta por ampliaciones del siglo XVIII, pero conserva su traza original en cruz latina, con brazos formados por capillas abiertas en un crucero de disposición levemente asimétrica.
El ábside rectangular se cubre con bóveda de crucería sexpartita que conecta con un arco triunfal apuntado decorado con boceles.
La nave se articula en tres tramos, cubiertos por complejas bóvedas de terceletes en estrella, propias del gótico arcaizante con que fue concebido el templo a finales del siglo XV e inicios del XVI.
Claustros superpuestos, arte entre columnas y flor de piedra
El claustro pequeño es una joya del renacimiento regional. De dos pisos, se organiza en arcadas de medio punto —seis por lado— apoyadas sobre capiteles piramidales que descansan sobre fustes poligonales.
Las bases están reforzadas con plintos octogonales altos, dando al conjunto una elegante solidez. En la planta superior, los arcos repiten la forma de medio punto, esta vez decorados con arquivoltas florales de cinco pétalos que reposan sobre capiteles corintios, en un equilibrio entre lo clásico y lo ornamental.
En este claustro se conserva también el sepulcro de fray Pedro de Hoznayo, gótico del siglo XV, que añade un punto de intimidad funeraria al espacio, recordando la vida comunitaria monástica que allí se desarrollaba.
La huella académica del siglo XVIII
Entre 1789 y 1795, el arquitecto José Alday Fernández llevó a cabo una importante ampliación del conjunto: construyó el claustro grande, una nueva escalera interior y remodeló la fachada exterior, incluyendo la actual portalada.
Estas intervenciones, sobrias y funcionales, siguen la tradición académica de su tiempo, con un lenguaje formal contenido que no desentona con las partes anteriores, sino que las completa desde la serenidad de lo racional.
Un monasterio que aún guarda su vocación
El Monasterio de Monte Corbán es más que una pieza de arquitectura histórica: es un espacio de espiritualidad prolongada, donde la liturgia, el estudio y el silencio han convivido durante siglos.
Hoy, como Seminario Diocesano, sigue vivo, adaptado a las necesidades del presente pero sin perder la huella de su pasado jerónimo. Entre bóvedas estrelladas, sepulcros góticos y claustros floridos, persiste la idea original: formar, acoger y sostener la fe.