A plena luz del día y en pleno domicilio familiar, otro episodio vergonzoso de violencia de género sacude Santander.
Esta vez, el protagonista es un hombre de 23 años que, tras una discusión, decidió agredir a su pareja de 22 como si los derechos y la dignidad fueran cosas opcionales. Sucedió en la Avenida Cardenal Herrera Oria, a las 14:55 de este jueves, y terminó, como no podía ser de otra manera, con el tipo esposado y escoltado por la Policía Local.
La víctima, que ahora pasa a estar bajo la protección de la Unidad OPROVIC, se suma a la larga lista de mujeres que han tenido que ser asistidas no por un golpe de azar, sino por la violencia cobarde de quien se cree dueño de alguien más.
Mientras tanto, en otro punto de la ciudad, un hombre de 38 años que era buscado por la justicia de Burgos tuvo la brillante idea de acudir al Centro de Acogida Princesa Letizia a pedir albergue… y terminó alojado en otro tipo de residencia: la comisaría. Lo detuvieron a las 21:25, cerrando así un día redondo para los partes policiales.
Santander, jueves cualquiera: agresiones machistas, reclamados por la justicia y violencia normalizada. La crónica negra no da tregua.
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