La segunda edición de Los Conciertos de La Atalaya, enmarcados en el programa Las Noches Pejinas Cantabria Infinita 2025, ha vuelto a ser un éxito rotundo, registrando aforo completo en la mayoría de sus actuaciones y situándose ya como una de las propuestas musicales más destacadas del verano en la región.
Durante los meses de julio y agosto, el emblemático enclave de la villa pejina, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), se ha transformado en un escenario natural donde la música en directo se ha unido a uno de los atardeceres más espectaculares del norte de España. Una experiencia que cientos de personas han podido disfrutar en un ambiente único, consolidando esta cita como un atractivo cultural y turístico de primer nivel.
El ciclo ha contado este año con la participación de artistas de gran prestigio y variedad estilística: Amparo Sánchez, Alba Carmona, Pablo Carbonell, Pancho Varona, Casapalma, Aurora Beltrán, Tontxu y Christina Rosenvinge, que ha cerrado la programación ayer por la tarde.
Precisamente esa variedad de artistas ha propiciado la presencia de un público diverso que, atraído por la propuesta musical, ha acudido cada domingo a Laredo a disfrutar de la música, la naturaleza y el patrimonio. Una propuesta que despierta interés también por la singularidad de su formato: un concierto en un entorno privilegiado, rodeado de patrimonio e historia.
Asimismo, los propios artistas han mostrado su implicación en la promoción del ciclo, compartiendo con sus seguidores la satisfacción de formar parte del mismo. Tanto intérpretes como asistentes han difundido en redes sociales imágenes y testimonios de la experiencia, reforzando así la proyección no solo del ciclo, sino también de la localidad. Del mismo modo, diversos medios de comunicación se han hecho eco del evento, contribuyendo a su difusión y consolidación.
El alcalde de Laredo, Miguel González, ha valorado muy positivamente el balance de esta edición: “Este proyecto cultural ha demostrado que Laredo puede ser un referente en la programación estival de Cantabria. Hemos vivido noches mágicas que no solo han ofrecido una experiencia inolvidable a quienes han asistido, sino que además han contribuido a dinamizar el turismo y proyectar una imagen diferente y auténtica de nuestro municipio. La Atalaya es un privilegio que queremos seguir compartiendo con todos”.
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