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Centro arqueológico Muralla de Santander

Un hallazgo que cambió la forma de mirar la ciudad

 

Bajo los pies, una ciudad dormida

No todos los días una plaza céntrica te revela un secreto guardado durante siglos. En 2006, durante unas obras de remodelación en la Plaza Velarde, se descubrieron unas estructuras que parecían querer contar algo. No eran solo piedras, eran fragmentos de una historia enterrada que merecía ser escuchada.

Ese momento fue el inicio de algo más grande: la creación del Centro Arqueológico Muralla de Santander. Lo que comenzó como un imprevisto de obra terminó por abrir una ventana al pasado.

Hoy, gracias a un trabajo minucioso de excavación y estudio, el visitante puede recorrer ese mismo lugar y ver con sus propios ojos cómo era la ciudad en sus orígenes.

Lo que parecía estar perdido, estaba ahí, esperando a ser descubierto. Y ahora, en este centro, se puede caminar entre los restos como si uno formara parte de esa vieja villa marinera que una vez se defendió con murallas.

 

La muralla como hilo conductor de una historia mayor

El eje central del centro es la antigua muralla, construida tras la concesión del Fuero por Alfonso VIII en 1187. Pero más allá de su función defensiva, esta estructura nos habla de un momento en el que Santander empezaba a definirse como comunidad.

Era el tiempo en que el mar dictaba el ritmo, y cada piedra que hoy se conserva fue colocada con un propósito claro: proteger, delimitar, organizar.

Lo que impacta al caminar junto a ella no es solo su antigüedad, sino su capacidad de contar cosas sin palabras. Allí están los restos del Portillo de Don Gutierre y de la Puerta de la Mar, accesos vitales en su tiempo.

Cada hueco, cada grieta, cada marca en la piedra parece tener una anécdota. Y el centro lo sabe. Por eso lo envuelve todo con recursos que ayudan a imaginar cómo era la vida entre esos muros.

 

Un paseo que despierta la memoria

 

Rúa Chiquita y la vida entre muros

Entre los muchos elementos rescatados, hay uno que despierta especial curiosidad: la calle Rúa Chiquita. Solo el nombre ya sugiere cercanía, vida cotidiana, un lugar por el que se pasaba más de una vez al día. Hoy sus restos están ahí, expuestos, no como reliquia sino como parte de un relato mayor.

Porque entender cómo era una calle es también entender cómo se vivía, cómo se relacionaban las personas, dónde jugaban los niños, por dónde caminaban los comerciantes.

Junto a ella, la cimentación de la torre de los Escalante aparece como un testimonio del poder y las jerarquías.

Lo interesante del centro es cómo consigue que esos elementos no se vean como datos aislados, sino como partes conectadas de una ciudad que crecía, que se organizaba, que buscaba su lugar en el mundo. Y en ese empeño, estas huellas siguen teniendo algo que decir.

 

Objetos que hablan sin necesidad de traducir

No solo las construcciones forman parte del recorrido. También hay objetos cotidianos que ayudan a poner piel a la historia. Vasijas, herramientas, pequeños elementos que pasaron por muchas manos antes de acabar aquí.

Son detalles que dan cuerpo a lo invisible: las costumbres, los ritmos, las decisiones del día a día. No hace falta ser un experto en arqueología para emocionarse con eso. Basta con dejarse llevar.

Además, el centro incorpora testimonios recreados de personajes históricos, dando voz a quienes un día caminaron esas mismas calles.

No son fantasmas, sino narradores que ayudan a entender sin que uno tenga que imaginarlo todo desde cero. Así, el visitante no solo mira, también escucha y conecta, como si el pasado todavía tuviera algo pendiente que contarnos.

 

Un espacio que invita a detenerse

 

El puente entre dos tiempos

El Centro Arqueológico Muralla de Santander no es un museo al uso. Es más bien un lugar para la pausa. Para entrar sin prisa y salir con preguntas nuevas.

La piedra aquí no es solo materia antigua: es excusa, es símbolo, es puerta abierta. Se convierte en un medio para entender cómo una villa marinera se convirtió, paso a paso, en la ciudad moderna que es hoy.

Y en ese proceso, uno siente que las ciudades no son líneas rectas, sino caminos en espiral donde el pasado y el presente se cruzan todo el tiempo.

La muestra abarca ochocientos años de historia, desde la Edad Media hasta el siglo XX. No lo hace con solemnidad, sino con cercanía.

Te permite moverte por la evolución de Santander sin perderte en fechas ni tecnicismos. Todo está pensado para que quien entra, salga con una idea más clara de dónde vive, o de dónde está, si viene de paso.

 

Visitar no es solo mirar, es formar parte

Las visitas guiadas se realizan de martes por la tarde a domingo por la mañana, en horarios concretos y con aforo limitado a quince personas.

Esto no es casualidad. Se busca que cada grupo pueda vivir la experiencia sin agobios, con tiempo para observar, para preguntar, para conectar. No es una visita exprés, es una invitación a tomarse el tiempo en serio.

El hecho de que se integre en el programa municipal “Otra Ciudad Bajo Tus Pies” también dice mucho.

Este centro forma parte de una mirada más amplia, que no quiere dejar la historia enterrada, sino traerla de vuelta, justo al nivel de nuestros pasos. Porque a veces, para avanzar, hay que mirar bien lo que hay debajo.

 

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PREGUNTAS SOBRE Centro arqueológico Muralla de Santander

1. ¿Dónde se encuentra el Centro Arqueológico Muralla de Santander?

Está ubicado en la Plaza de Velarde, en pleno centro de Santander, bajo la superficie.

2. ¿Qué se puede ver en el Centro arqueológico Muralla de Santander?

Restos de la antigua muralla foral, el Portillo de Don Gutierre, la Puerta de la Mar y objetos cotidianos medievales.

3. ¿Qué horarios tiene el Centro Arqueológico Muralla de Santander?

Ofrece visitas guiadas de martes por la tarde a domingo por la mañana, a las 11, 12, 13, 17, 18 y 19 horas.

4. ¿Cuánto dura la visita y cuántas personas pueden entrar?

La visita dura aproximadamente 45 minutos y el aforo es de 15 personas por pase, para una experiencia más personal.

5. ¿Es necesario reservar para visitar el Centro arqueológico Muralla de Santander?

Sí, se recomienda reservar con antelación, especialmente en fines de semana, debido al aforo limitado.

FOTOS DE Centro arqueológico Muralla de Santander

UBICACIÓN DE Centro arqueológico Muralla de Santander

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