Cueva de La Lastrilla
Índice la Cueva de La Lastrilla
La combinación de arqueología, arte rupestre y hallazgos funerarios convierten a La Lastrilla en un auténtico tesoro oculto que merece mayor reconocimiento y protección.
Acceso
La cueva de La Lastrilla se localiza en el entorno del barrio de Sangazo, en Sámano (Castro Urdiales), y se accede fácilmente a través de una pista bien señalizada.
Esta cavidad forma parte de un sistema kárstico de enorme complejidad que, junto con la cueva de La Cubilla, configura una de las redes subteráneas más extensas de Cantabria, superando los 13 kilómetros de galerías exploradas.
Contexto cronológico
La cueva presenta una secuencia estratigráfica rica y variada que abarca desde el Paleolítico Superior hasta la época romana.
En sus diferentes vestíbulos y galerías se han encontrado restos atribuibles al Gravetiense, Solutrense, Calcolítico, Edad del Bronce y periodos históricos posteriores, consolidándola como un yacimiento clave para entender la prehistoria regional.
Las manifestaciones rupestres paleolíticas, por su parte, pueden datarse en una fase antigua del Paleolítico Superior.
Descripción de la cavidad
La cueva de La Lastrilla cuenta con tres bocas principales, todas ellas orientadas al este, situadas en el fondo del valle de Sámano.
Las bocas superiores, de carácter fósil, destacan por albergar buena parte del yacimiento arqueológico, mientras que el nivel inferior corresponde a una surgencia activa.
Su arquitectura natural, de galerías amplias y rectilíneas, conecta diferentes niveles de habitación y ocupación humana.
Yacimientos arqueológicos
En el vestíbulo de una de las bocas se hallaron tres enterramientos individuales, dos de ellos en recodos y el tercero cubierto por una estructura tumuliforme.
Todos ellos iban acompañados de ajuares compuestos por industria ósea y lítica, además de vasijas cerámicas. Destaca también el hallazgo de un colmillo de jabalí con varias perforaciones, una punta de lanza de bronce, conchas trabajadas y una punta de flecha.
En el interior, en una pequeña salita concrecionada, se documentó una vasija cerámica completa y nuevos elementos de adorno y uso cotidiano.
Manifestaciones rupestres
Las manifestaciones de arte parietal se concentran en la galía superior fósil. Existen varios paneles con manchas y trazos en rojo, entre los que destacan tres manos en positivo y la figura frontal de una cabra.
Los grabados, distribuidos por distintas zonas, muestran representaciones de cuadrúpedos como uros, ciervos, ciervas y cabras, algunos de ellos ubicados en zonas elevadas como una estalactita a tres metros de altura.
En otro sector de la cueva se han documentado grabados más finos, interpretados como escenas animales o signos abstractos de difícil clasificación.
Estos grabados refuerzan la importancia del enclave como santuario o espacio simbólico de carácter paleolítico.
Estado de conservación e investigaciones
Desde su descubrimiento por los Camineros de la Diputación en los años 50, la cueva de La Lastrilla ha sido objeto de diversas exploraciones.
A destacar las realizadas por Félix González Cuadra y el Grupo Espeleológico La Lastrilla (G.E.L.L.), que han sacado a la luz nuevos hallazgos y consolidado su relevancia arqueológica.
En épocas recientes, investigadores como Juan Tomás Molinero y José Francisco Arozamena han contribuido de forma significativa a la documentación y puesta en valor del yacimiento.
A pesar de ello, el yacimiento sigue sin recibir la atención patrimonial que merece. Su potencial educativo, turístico y científico podría aprovecharse de forma mucho más activa si existiera voluntad institucional.
Importancia cultural y patrimonial
La cueva de La Lastrilla no solo destaca por la calidad de sus registros arqueológicos y artísticos, sino también por su condición de hito referencial en la arqueología del oriente de Cantabria.
Desde tiempos prehistóricos ha sido un espacio ocupado, utilizado y, con toda probabilidad, venerado por las comunidades humanas, lo que se refleja en la riqueza de sus manifestaciones materiales y simbólicas.