Faro Punta del Pescador
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Faro Punta del Pescador: luz entre acantilados en la entrada de Santoña
El Faro Punta del Pescador es el primero de los dos faros que custodian el Monte Buciero, en Santoña, y uno de los grandes secretos del litoral cántabro.
Es menos conocido que el Faro del Caballo, pero no por ello menos impresionante. Su emplazamiento, a los pies de un acantilado escarpado y frente al mar Cantábrico abierto, lo convierte en uno de esos lugares que, aunque no se puedan tocar, se quedan grabados en la memoria.
Construido originalmente a finales del siglo XIX, este faro sufrió graves daños tras un potente ciclón en 1915, lo que obligó a su reconstrucción pocos años después.
Desde entonces, su estructura permanece firme sobre el acantilado, visible desde varios puntos de la senda costera del Buciero, y sigue cumpliendo su función como faro activo.
A diferencia del Faro del Caballo, el Faro Punta del Pescador no es accesible directamente, ya que se encuentra en una zona de difícil acceso, sin camino habilitado para visitantes.
No obstante, las rutas que lo rodean permiten contemplarlo desde la distancia, enmarcado por un paisaje agreste y salvaje, donde los acantilados caen a plomo sobre un mar que nunca deja de rugir.
Acceso y visita
Aunque no se puede llegar hasta su base, el faro puede observarse desde varios tramos del sendero que recorre el Monte Buciero.
El punto más habitual para verlo se encuentra en la subida hacia el Fuerte del Mazo o durante el ascenso por el lado norte del monte, en dirección al Faro del Caballo.
La mejor forma de descubrirlo es integrarlo en una ruta de senderismo por el Buciero, que ofrece una experiencia completa de mar, bosque y vistas elevadas.
En días despejados, se puede ver cómo el faro se recorta contra la línea del mar, en un entorno donde se mezcla la historia marítima con la fuerza de la naturaleza.
Recomendaciones para el visitante
- Llevar prismáticos o una cámara con zoom si se quiere apreciar bien la estructura desde lejos.
- Evitar intentar descender hasta el faro por caminos no señalizados; el terreno es peligroso y no está preparado para el tránsito.
- Combinar la ruta con otras paradas como el Fuerte del San Carlos, el Fuerte del Mazo o los miradores naturales del Buciero.
- Llevar calzado de senderismo, agua y algo de abrigo, incluso en verano.
El Faro Punta del Pescador es un faro para contemplar, no para tocar. Un punto fijo entre el mar y la roca que recuerda que, a veces, los lugares más inaccesibles son también los más bellos.
Desde su soledad en el acantilado, sigue lanzando su luz como un testigo silencioso del paso del tiempo y las mareas.