Mirador de la Cardosa
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Mirador de La Cardosa: bosque, fauna y altura en el corazón del Saja-Besaya
El Mirador de La Cardosa se encuentra dentro del Parque Natural Saja-Besaya, uno de los pulmones verdes más extensos y mejor conservados de Cantabria.
Este punto panorámico, situado a unos 1.000 metros de altitud, se convierte en una atalaya natural sobre un mar de hayas, robles y abetos, con la cordillera como telón de fondo y una atmósfera de absoluta serenidad.
Lo que hace especial a este mirador no es solo su ubicación elevada, sino el entorno que lo rodea: un ecosistema vivo, en el que es posible escuchar el canto de las aves, ver pasar algún ciervo a lo lejos, o incluso, si hay suerte y silencio, escuchar la berrea del venado durante los primeros días del otoño.
Junto al mirador, una escultura de un corzo parece vigilar el paisaje, convirtiéndose en un símbolo más de esta conexión entre la naturaleza y el visitante.
Desde La Cardosa se abren panorámicas amplias sobre los valles del interior cántabro, las montañas que rodean el parque, y en días claros, se alcanza a ver hasta el relieve de Peña Sagra o la sierra del Cordel.
Acceso y visita
El acceso se realiza desde la carretera CA-280, que atraviesa el Parque Natural Saja-Besaya entre los municipios de Cabuérniga y Bárcena de Pie de Concha.
Hay un pequeño aparcamiento señalizado junto a la carretera, y desde allí solo hay que caminar unos pocos metros por un sendero corto hasta la plataforma del mirador.
Es un espacio abierto, con barandilla de madera, bancos y vistas hacia varios puntos cardinales. Muy fácil de visitar y perfectamente integrado en el entorno, sin romper la armonía del paisaje.
Recomendaciones para el visitante
- Llevar ropa de abrigo, ya que por su altitud el clima es fresco incluso en verano.
- Ideal para observar fauna al amanecer o al atardecer. El silencio es clave.
- Muy recomendable en otoño, por los colores del hayedo y la posibilidad de escuchar la berrea.
- Puede haber niebla densa en invierno, por lo que conviene consultar la previsión antes de ir.
El Mirador de La Cardosa es uno de esos lugares donde no hace falta mucho para sentir mucho. Basta con estar. Con mirar sin prisa.
Con dejar que el bosque hable a su ritmo. Es una parada breve, sí, pero también una forma sencilla de reconectar con la naturaleza más auténtica de Cantabria.