Si algo sabe hacer Megan Maxwell es mezclar risas, romance y personajes que parecen tus amigos de toda la vida.
Y en “Ande, ande, ande, la Mari Morena” lo vuelve a conseguir, pero con un toque especial: espíritu navideño del bueno, del que huele a galletas recién hechas, luces por todas partes y momentos que abrigan el corazón.
Este es un libro juvenil cargado de buen rollo que te mete de lleno en una historia donde la Navidad es una energía que impulsa a los personajes a cambiar, a dejarse sorprender y, sobre todo, a abrirse a lo que realmente quieren… aunque a veces les dé un poquito de vergüenza admitirlo.
La protagonista —que tiene ese humor Maxwell tan reconocible— se encuentra con un diciembre lleno de situaciones inesperadas: amistades intensas, encuentros que te hacen sonreír sin darte cuenta, y esos momentos que parecen pequeños pero que terminan marcando un antes y un después.
Todo envuelto en diálogos ágiles, chispeantes y llenos de expresiones que te sacan una carcajada incluso cuando no quieres.
El ambiente navideño está muy bien logrado: hay luces, música, tradiciones y algún guiño a los villancicos que da ganas de cantar “ande, ande, ande…” mientras pasas página.
Y aunque Megan Maxwell siempre mete un poquito de picardía (muy suave en este caso), aquí está todo adaptado para un público juvenil: fresco, respetuoso y divertido, sin perder ese toque coqueto tan suyo.
Lo mejor
~ Personajes con personalidad, de esos que sientes que podrían mandarte un WhatsApp en cualquier momento.
~ La magia navideña que no empalaga: te hace sonreír, no rodar los ojos.
~ Una historia ligera, tierna y con ritmo, perfecta para leer con manta y chocolate caliente.
~ Los guiños humorísticos típicos de Maxwell, pero adecuados para jóvenes.
Recomendada para
Jóvenes que buscan una historia romántica, luminosa y divertida; fans de Megan Maxwell que quieran algo más suave; y lectores que adoren los libros navideños donde la magia aparece justo cuando más falta hace.
Opinión final
“Ande, ande, ande, la Mari Morena” es una lectura que calienta el corazón y te deja de buen humor. Es de esos libros que se leen rápido, se disfrutan fácil y te recuerdan que, a veces, lo mejor de la Navidad no son los regalos… sino las personas (y los momentos inesperados) que llegan con ella.

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