La Guardia Civil ha detenido en Santander a una mujer de 29 años acusada de sembrar el pánico entre los mayores de Cantabria tras protagonizar una ola de robos de joyas por el método del ‘abrazo cariñoso’.
Las víctimas, todas personas de avanzada edad —algunas de hasta 84 años— fueron seleccionadas con premeditación, aprovechando su vulnerabilidad para despojarlas de cadenas de oro, pulseras y medallas sin que pudieran reaccionar.
Los hechos se han producido en localidades como Solares, Reinosa, Cabezón de la Sal, Liérganes, Puente Viesgo, Comillas y Castro Urdiales, aunque no se descarta que existan muchas más víctimas aún sin identificar. Algunas joyas intervenidas —entre ellas una pulsera de 4.000 euros— todavía no tienen propietario conocido, lo que apunta a una red de hurtos mucho más amplia de lo que se pensaba.
La detenida no es ninguna novata: ya en marzo fue arrestada en Solares junto a otra mujer cuando intentaban estafar a una señora de 69 años con el viejo timo del ‘tocomocho’. En el coche que usaban llevaban escondidas gargantillas, collares, relojes y pulseras sin acreditar, muchas de las cuales se sospecha que proceden también del engañoso “abrazo”.
La investigación, que continúa abierta, ya ha confirmado su implicación en al menos ocho hurtos cometidos entre 2024 y 2025, y amenaza con destapar un patrón delictivo sistemático contra el colectivo más indefenso: nuestros mayores.
La Guardia Civil lanza un aviso urgente: desconfíen de extraños que intenten mostrar afecto sin motivo, eviten ir solos a los cajeros y denuncien inmediatamente cualquier sospecha. Porque, mientras algunos ofrecen cariño sincero, otros lo usan como arma para robarte el alma… y el oro.
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