La pregunta que flota en el aire es clara: ¿cuánto más va a resistir en el cargo una alcaldesa que ha mentido durante más de diez años… y no piensa dimitir?
Escándalo en el Ayuntamiento de Santander. La alcaldesa, Gema Igual (PP), está en el ojo del huracán tras haber mantenido durante más de diez años una mentira oficial sobre su titulación académica.
Lo que durante años aparecía en la web municipal como “diplomada en Magisterio” era, en realidad, una falsedad descarada: nunca terminó esos estudios.
Mientras en otros lugares dimiten por inexactitudes académicas, en Santander la mentira se normaliza y se premia con el cargo público más alto de la ciudad.
“No es un error administrativo, es una mentira sostenida en documentos oficiales y en perfiles públicos durante más de una década”, denuncian con contundencia.
Y recuerdan que ya en 2017 la falsedad fue destapada por periodistas, pero la alcaldesa y su partido callaron y mantuvieron el bulo hasta que fue imposible seguir ocultándolo.
Las Juventudes Socialistas de Santander han estallado y exigen su dimisión inmediata, acusándola de haber engañado deliberadamente a la ciudadanía mientras se beneficiaba políticamente de un título que no posee.
La organización del PSOE ha lanzado una campaña de recogida de firmas para echarla del cargo, en un momento en el que otros políticos, incluso del PP, sí han asumido responsabilidades por casos similares.
Para los jóvenes socialistas, lo de Gema Igual no solo es una falta de ética flagrante, sino una ofensa brutal a toda una generación que se parte el lomo para estudiar, trabajar y sobrevivir. “Miles de jóvenes compaginan empleos precarios con estudios que pagan con sudor. Y mientras, otros mienten y gobiernan”, denuncian.
Pero la crítica no se queda solo en el currículum. Desde Juventudes Socialistas señalan que su gestión también está marcada por el deterioro visible de la ciudad: “más suciedad, más ruido, peores servicios, menos empleo y nulas oportunidades para la juventud”.
“¿Qué mensaje se lanza a la juventud? ¿Que para gobernar basta con inventar un título y sostener la mentira hasta que alguien lo descubra?”, se preguntan indignados.
El caso de Gema Igual, lejos de tratarse de una simple “inexactitud”, se ha convertido en un símbolo del hartazgo, del desprecio por la honestidad pública y de una forma de hacer política que muchos creían enterrada.
La pregunta que flota en el aire es clara: ¿cuánto más va a resistir en el cargo una alcaldesa que ha mentido en su currículum durante más de diez años… y no piensa dimitir?
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