Iglesia de la Anunciación
Iglesia de la Anunciación o de la Compañía: renacimiento noble frente a la catedral
Un templo manierista que guarda historia, patronazgo y armonía clasicista. En pleno centro de Santander, frente a la catedral y flanqueada por la calle peatonal Juan de Herrera, se alza una de las iglesias más emblemáticas del Renacimiento en Cantabria: la Iglesia de la Anunciación, también conocida como la Compañía.
Iniciada en 1607 a expensas de doña Magdalena de Ulloa, esposa de Luis de Quijada —preceptores del joven don Juan de Austria—, este templo fue concebido para la Compañía de Jesús y es hoy el mejor ejemplo de arquitectura renacentista de toda la región.
La iglesia presenta una estructura de nave única con ábside rectangular, capillas laterales conectadas mediante arcos de medio punto y un crucero coronado por una gran cúpula, que articula visualmente el conjunto y subraya su monumentalidad interior.
Una fachada de equilibrio clásico y orgullo nobiliario
La fachada, concebida con ritmo y proporción manierista, se organiza en un cuerpo central más alto flanqueado por dos laterales más bajos y estrechos, unidos a éste por una elegante mampara de piedra.
En el centro del cuerpo principal se abre una puerta de medio punto, enmarcada por pilastras dobles que sostienen un entablamento coronado por un frontón partido.
Dentro de este último se encaja una hornacina con la imagen de la Virgen, que otorga nombre y devoción al templo.
El segundo piso del cuerpo central se ocupa con una gran ventana rectangular arquitrabada, acompañada por dos escudos barrocos del siglo XVIII con las armas del primer marqués de Villapuente, símbolo del linaje que impulsó y acompañó su historia.
Los cuerpos laterales incluyen un óculo en la parte baja y una ventana rectangular en la parte alta, rematados por bolas herrerianas en los extremos, en clara alusión a la sobriedad del estilo clásico español.
Interior de proporción y profundidad visual
El interior mantiene la austeridad elegante del diseño original. La nave única, amplia y despejada, acoge las capillas laterales sin romper la unidad espacial, gracias a los arcos de medio punto que las comunican.
La gran cúpula sobre el crucero actúa como centro espiritual y visual, equilibrando el conjunto y recordando la influencia de los templos jesuíticos que sirvieron de modelo. El ábside rectangular, sobrio y firme, remata el recorrido con un gesto de recogimiento.
Un templo al servicio de la Compañía y de la ciudad
Probablemente trazada por Juan de Nates y concluida por Juan de Mazarredonda y Juan de Rivas, la iglesia resume en sus formas la transición del clasicismo al manierismo.
Su ubicación, su traza, su simbología y su historia la convierten en una pieza central del patrimonio religioso y arquitectónico de Santander.
Más que un templo, es una declaración de intenciones: fe, nobleza, pedagogía y arte al servicio de la comunidad urbana. En sus muros aún resuena el eco de una ciudad en transformación y de una arquitectura que, sin exceso, supo dejar huella.
PREGUNTAS SOBRE Parroquia San Juan Bautista
¿Dónde se encuentra la iglesia?
¿Cuándo fue construida?
¿Por qué se la llama “de la Compañía”?
¿Qué estilo arquitectónico presenta?
¿Qué elementos destacan en su fachada?
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