Domingo negro en Cantabria. A primera hora de la mañana, una mujer que paseaba por la ría de Mogro se topó con una imagen escalofriante.
El cuerpo sin vida de un hombre de 65 años, flotando en el agua como si el río, en silencio, confesara el final de una tragedia.
El fallecido, vecino de Miengo, fue encontrado alrededor de las 8:00 horas, según ha confirmado la Guardia Civil.
Junto al lugar del hallazgo, se localizaron sus pertenencias, lo que apunta a que el hombre se había estado bañando.
Pero lo que debía ser un baño tranquilo acabó en una muerte solitaria, sin testigos, sin auxilio, sin una última oportunidad.
El cadáver quedó bajo custodia de la Benemérita, que investiga los hechos, aunque las causas exactas del fallecimiento siguen sin esclarecerse.
Una vez más, la calma aparente de nuestras costas se rompe de forma brutal, recordándonos que la seguridad en los espacios acuáticos sigue siendo una asignatura pendiente.
¿Dónde estaban los avisos, la vigilancia, la prevención? ¿Cuántas muertes más tendrán que emerger del agua para que se tomen en serio los riesgos de nuestros entornos naturales?
0 comentarios