Playa del Huevo Frito
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Playa del Huevo Frito en Miengo, una joya escondida con nombre curioso y encanto natural
Con un nombre que despierta la sonrisa y una ubicación que sorprende por su belleza, la Playa del Huevo Frito es uno de esos rincones que parecen inventados para quienes disfrutan descubriendo lugares poco conocidos.
Situada en el municipio de Miengo, en la costa central de Cantabria, esta pequeña playa escondida debe su nombre a la curiosa forma de la piedra que domina su paisaje: blanca, redondeada, y con una mancha oscura en el centro que recuerda a la yema de un huevo.
Rodeada de acantilados y vegetación, esta cala es un lugar perfecto para desconectar y dejarse envolver por el sonido del mar y la tranquilidad del entorno.
No es una playa de grandes dimensiones, pero sí de grandes sensaciones.
Qué hacer en esta playa
La Playa del Huevo Frito es un lugar pensado para la tranquilidad. Puedes tomar el sol en su pequeño arenal, darte un baño si el mar lo permite o simplemente sentarte a contemplar el paisaje.
La roca que da nombre a la playa es uno de sus principales atractivos, y muchas personas se acercan para verla de cerca y hacerse una foto con ella.
Por su tamaño y acceso, no es una playa masiva ni para actividades deportivas. Es más bien un rincón íntimo, ideal para quienes disfrutan de las playas salvajes, sin servicios ni ruidos.
También es muy apreciada por quienes hacen rutas de senderismo por la costa y buscan un descanso con vistas espectaculares.
Servicios y alrededores
La playa no cuenta con ningún servicio. No hay socorristas, duchas ni papeleras, así que es importante ir preparado con agua, algo de comida, protección solar y, sobre todo, ganas de disfrutar sin prisas.
Como siempre, es fundamental recoger todos los residuos y cuidar el entorno.
En los alrededores, especialmente en Cuchía o Miengo, puedes encontrar bares, restaurantes y alojamientos si estás haciendo ruta por la zona.
También es fácil combinar la visita a esta playa con otras más accesibles de la costa cercana
Un consejo antes de ir
Comprueba el estado de las mareas antes de planear tu visita. La playa puede reducirse bastante con pleamar.
Si te gusta la fotografía, este es uno de esos rincones donde cada ángulo tiene su propia historia. Y si buscas un sitio que no todos conozcan, este puede convertirse en uno de tus favoritos.
Cómo llegar a la playa
El acceso no es evidente y eso forma parte de su encanto. Se encuentra cerca de la localidad de Cuchía, en una zona de acantilados entre las playas de Robayera y Marzán.
No hay un camino señalizado como tal, por lo que conviene ir con una referencia clara o preguntar en la zona.
Hay que caminar por senderos naturales y descender un pequeño tramo hasta llegar a la playa. No es un recorrido difícil, pero sí se recomienda llevar calzado cómodo y moverse con precaución, especialmente si el terreno está húmedo.