Indignación creciente en Santander. Cerca de 300 vecinos han salido este sábado a la calle, hartos del deterioro imparable en la limpieza e higiene de su ciudad.
Lo han hecho bajo una imagen tan simbólica como demoledora: una rata gigante que encabezaba la manifestación. El mensaje es claro: Santander se pudre y su alcaldesa, Gema Igual (PP), sigue mirando hacia otro lado.
Convocados por Cantabristas, los ciudadanos han desfilado desde la plaza del Reencuentro hasta el Ayuntamiento con pancartas como “Santander huele mal y a Gema le da igual”, denunciando el abandono de calles invadidas por contenedores rebosantes, ratas y cucarachas. La ciudad, aseguran, “languidece en la mugre” mientras el equipo de Gobierno se refugia en su despacho, incapaz de pisar la realidad.
“Vamos a seguir en la calle hasta que Gema Igual se ponga a trabajar en lo mínimo que merecemos: una ciudad limpia”, ha sentenciado Manuel Núñez, portavoz de Cantabristas. Una acusación directa a una alcaldesa que, según denuncian, lleva años eludiendo responsabilidades y echando balones fuera, mientras Santander se convierte en un vertedero a cielo abierto.
La rata gigante, instalada ya días antes en la Plaza del Ayuntamiento como símbolo del “hartazgo popular”, ha vuelto a escena como protagonista de una protesta que retrata el colapso de los servicios públicos y la pérdida de dignidad urbana que sufren los vecinos.
Desde Cantabristas lo tienen claro: seguirán presionando sin tregua hasta que el Ayuntamiento actúe. Y si no lo hace, serán las calles —otra vez— quienes le pasen la factura.
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