Parque de las estelas Cántabras
Parque de las Estelas Cántabras: símbolos eternos que hablan desde la piedra
El Parque de las Estelas Cántabras, ubicado en Barros (Los Corrales de Buelna), es un lugar cargado de historia, misterio y belleza.
Aquí se conservan dos impresionantes estelas discoideas de gran tamaño, auténticos monumentos del pasado prerromano y romano que han llegado hasta nuestros días como símbolo de la identidad cántabra.
Uno de estos discos de piedra, decorado con símbolos solares y lunares, es tan representativo que incluso forma parte del escudo oficial de Cantabria.
Una iconografía con raíces celtas y alma solar
Las estelas del Parque de las Estelas Cántabras muestran un diseño fascinante tallado en bajorrelieve por ambas caras. En el centro, un pequeño disco está rodeado de lunas crecientes, círculos concéntricos y una banda externa con triángulos o “dientes de lobo”.
Esta iconografía es de origen indígena, con claras conexiones con las culturas célticas de la Península y Europa. Se cree que estas estelas cumplían una función funeraria o ritual, ligadas al culto al sol y a la luna, y que marcaban lugares sagrados o tumbas destacadas.
Un pequeño museo al aire libre junto a la ermita
Estas estelas se pueden visitar en una estructura museográfica situada junto a la ermita de la Virgen de la Rueda, en la localidad de Barros.
Una de ellas fue hallada completa y la otra fue recuperada en cinco fragmentos reutilizados en la propia ermita.
Ambas piezas están talladas en arenisca y tienen más de un metro de diámetro. El entorno es tranquilo, accesible y perfecto para quienes quieran hacer una parada breve y enriquecedora en su ruta por Cantabria.
Historia viva y símbolo identitario de Cantabria
El Parque de las Estelas Cántabras es mucho más que un lugar arqueológico: es un símbolo emocional y cultural para toda la región.
Aquí se fusionan historia, espiritualidad y arte ancestral en un entorno natural sereno y cargado de significado.
Una visita que emociona, especialmente si vienes con la mente abierta y la curiosidad despierta. Porque estas piedras no solo cuentan historias: son historia.