Cueva La Pasiega
Índice la Cueva La Pasiega
En el corazón del Monte Castillo, en Puente Viesgo, se encuentra una de las cavidades más sobresalientes del arte prehistórico en toda Europa: la cueva La Pasiega.
Descubierta de manera fortuita en 1911 durante una campaña de excavación en la vecina cueva del Castillo, este santuario subterráneo guarda en sus paredes uno de los conjuntos rupestres más extensos del continente.
La Pasiega no solo representa una riqueza artística incomparable, sino también una ventana única al pensamiento simbólico de las comunidades paleolíticas.
Acceso
El acceso a la cueva de La Pasiega parte desde la localidad de Puente Viesgo, donde una carretera conduce al Monte Castillo, enclave en el que también se encuentran otras cuevas relevantes como El Castillo, Las Monedas, La Flecha y Las Chimeneas.
Desde el aparcamiento habilitado, se accede a pie hasta el Centro de Interpretación de las Cuevas del Monte Castillo.
La Pasiega, sin embargo, no está abierta al público de forma libre, por lo que es necesario solicitar visita previa a través de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno de Cantabria.
Contexto cronológico
Las evidencias arqueológicas y artísticas documentadas en la cueva La Pasiega abarcan un amplio arco temporal que va desde el Gravetiense hasta el Magdaleniense, lo que sitúa su ocupación y uso ritual entre 26.000 y 14.000 años antes del presente.
De modo particular, sus manifestaciones rupestres muestran fases adscribibles al Solutrense y Magdaleniense medio y superior, lo que refuerza su valor para comprender la evolución cultural y simbólica de las poblaciones paleolíticas en el norte de la Península.
Descripción de la cavidad
La cueva La Pasiega es un sistema laberíntico de galerías interconectadas, originariamente con seis bocas de acceso de las cuales actualmente solo se conservan dos. Una de ellas conduce a las galerías A, B y D, mientras que la otra da acceso a la galería C.
- La galería A es una galería rectilínea de unos 70 metros de longitud, que concluye en una rama lateral muy estrecha.
- La galería B, de mayores dimensiones y recorrido sinuoso, parte del fondo de la galería A.
- La galería C, con un trazado más laberíntico, conecta de forma indirecta con la galería D.
Este diseño intrincado no solo ha condicionado la forma de recorrer la cueva, sino también la distribución del arte en su interior, con zonas de concentración simbólica bien definidas.
Manifestaciones rupestres
La Pasiega alberga un conjunto abrumador de representaciones: aproximadamente 916 figuras, de las cuales unas 300 corresponden a animales y otras al repertorio simbólico del arte paleolítico.
Las especies representadas con mayor frecuencia son los caballos y ciervos, aunque también se han identificado corzos, bisontes, cabras, peces e incluso un ave.
Estas últimas resultan especialmente excepcionales por su rareza dentro del arte rupestre cantábrico.
Uno de los elementos más enigmáticos de La Pasiega es la presencia de figuras antropomorfas, entre las que destaca una de enorme valor simbólico.
Un cuerpo humano con cabeza de bisonte, posiblemente una figura chamánica o un símbolo de liderazgo tribal.
Este tipo de representación no tiene paralelos exactos en otras cavidades del entorno, lo que refuerza el carácter singular de La Pasiega.
Las técnicas utilizadas incluyen el uso de pigmentos ocres, trazos de líneas anchas, el tamponado y la aplicación de tinta plana, lo que sugiere un alto grado de planificación y dominio técnico.
Los signos abstractos, algunos de ellos de forma cuadrangular y otros más complejos, completan el repertorio, permitiendo hablar de un verdadero sistema de comunicación simbólica aún no del todo descifrado.
Estado de conservación e investigaciones
Desde su descubrimiento en 1911, la cueva ha sido objeto de múltiples campañas de documentación e investigación.
Los primeros estudios, realizados por Hugo Obermaier, Henri Breuil y otros pioneros, se publicaron tan solo dos años después del hallazgo.
Durante las décadas de los 80 y 90, se llevaron a cabo nuevas investigaciones que permitieron descubrir más figuras y reevaluar las ya conocidas.
En julio de 2008, La Pasiega fue incluida en el listado de Patrimonio Mundial de la UNESCO, dentro del conjunto “Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del norte de España”, consolidando su reconocimiento internacional.
Importancia patrimonial
La cueva de La Pasiega no es solo uno de los santuarios más importantes del arte rupestre paleolítico en España, sino también un hito para la historia universal del arte.
Su abundancia, diversidad iconográfica y valor simbólico la convierten en una referencia imprescindible para el estudio del pensamiento simbólico prehistórico.
Es un recordatorio de que el arte, en sus formas más antiguas, ya era un vehículo para representar lo invisible, estructurar lo social y proyectar lo espiritual.