La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha lanzado a última hora un aviso preocupante: podrían producirse crecidas súbitas importantes en barrancos y cauces menores de Cantabria.
Una advertencia que llega a cuentagotas, cuando la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ya lleva horas alertando con avisos naranjas y amarillos por lluvias intensas que podrían dejar hasta 30 litros por metro cuadrado en una hora.
Desde la CHE se limitan a recomendar a la población que consulte por su cuenta los datos meteorológicos e hidrológicos en las webs oficiales de AEMET, SAIH Ebro y la propia CHE. También delegan la responsabilidad a Protección Civil, instando a “seguir sus recomendaciones”.
Mientras tanto, las zonas afectadas se enfrentan a una amenaza meteorológica real sin apenas coordinación visible entre administraciones, con escasa información en tiempo real y una sensación de improvisación. ¿Dónde están los protocolos de respuesta inmediata? ¿Por qué no se toman medidas preventivas más contundentes en zonas ya conocidas por su vulnerabilidad?
Una vez más, se advierte tarde, sin medios claros y sin soluciones prácticas, dejando a la ciudadanía a merced del cielo y la suerte. ¿Tendremos que esperar a una desgracia para que se actúe con contundencia?
0 comentarios